Como cada vez más consumidores desean gestionar casi todo por Internet, incluidas las compras de comestibles, los requisitos para la industria alimentaria han cambiado drásticamente. Cubrir la venta de bienes cotidianos y atender al mismo tiempo a los consumidores ha hecho que el sector minorista se convierta en un verdadero negocio omnicanal.
Esta tendencia ha provocado un aumento de los costos operativos y una escasez de trabajadores calificados. Al mismo tiempo, la entrada de nuevos participantes en el mercado está suponiendo un desafío para la cultura minorista clásica. Para muchos administradores de comercios minoristas, la solución es clara: acelerar su inversión en medios digitales.
Pero ¿cómo y dónde debería aprovechar el sector minorista el poder de la tecnología? Nuestra respuesta: Empoderando a los trabajadores de primera línea por medio de la digitalización y la optimización de los procesos manuales.