Los clientes potenciales que realizan consultas acerca de la seguridad de TeamViewer suelen preguntar por el cifrado.

Es comprensible que los mayores temores se centren en el riesgo de que un tercero pueda monitorear la conexión o utilizar los datos de acceso de TeamViewer.

Sin embargo, la realidad es que los ataques más elementales suelen ser los más peligrosos. En el contexto de la seguridad informática, un ataque de fuerza bruta es un método de prueba y error con el fin de adivinar la contraseña que protege un recurso.

El crecimiento del poder de cálculo de los ordenadores estándar ha reducido significativamente el tiempo necesario para adivinar contraseñas largas. Como defensa contra los ataques de fuerza bruta, TeamViewer ha incrementado exponencialmente los períodos de inactividad entre los intentos de conexión.

Por consiguiente, se necesitan hasta 17 horas para realizar 24 intentos. Esta latencia solo se restablece una vez introducida la contraseña correcta. TeamViewer no solo cuenta con un mecanismo para proteger a sus clientes de ataques de un equipo específico, sino también de ataques procedentes de múltiples equipos, conocidos como ataques de botnet, que intentan acceder a un identificador de TeamViewer en particular.